Cuando mi cuerpo experimentaba la deformación de la adolescencia y en mi crecía una necesidad juvenil por literatura que me hiciera llorar, una amiga me dijo: «weona, tení que leer a la Malú Urriola».
Cuando mi cuerpo experimentaba la deformación de la adolescencia y en mi crecía una necesidad juvenil por literatura que me hiciera llorar, una amiga me dijo: «weona, tení que leer a la Malú Urriola».