Estamos entre las calles Guzmán, Newbery, las vías del Ferrocarril San Martín, Garmendia, Del Campo y el Cano. Buscamos un lugar para comer y alguna librería, pero encontramos más que eso. G me muestra un muro con un rayado. Es el primer mensaje directo: “Hay que echarlo!”. Allí estaba el pálpito de rebeldía que buscábamos.
Lengua y resistencia: 1973–
Quizás una conclusión posible para este texto sea pensar la resistencia armada chilena como una forma de arte.