Un chasquido feminista. Y las mujeres viejas, las pobres, las pensionadas de miseria, las abuelas sin acceso a la salud decente, a la dignidad de un trato humano, las que hemos cuidado toda la vida porque nos enseñaron que ese era el lugar que nos correspondía por naturaleza, ahora quedamos a expensas de las erráticas e injustas decisiones de un estado terrorista que ayer no más abusaba, reprimía, violentaba, detenía, golpeaba, sometía al movimiento social.
Carta de una feminista añosa a Simone de Beauvoir. Desvelos y revueltas de hoy.
Me conmuevo, Simone, cuando al leer lo que escribí me llega de un modo que escuece mi piel. Pienso en la transformación otra vez. Esta noción cubre tu escritura completa.