Este primer libro de Emiliana Pereira Zalazar, si bien bebe de vertientes reconocibles, me sigue pareciendo una terra ignota donde, paradójicamente, nada es hombre y nada es tierra. Es decir, una zona incógnita no en el sentido que le daba el conquistador, sino que se descubre fuera de su mirada vigilante, su disposición política y su dominación.
Un corazón y el río: la herida de Daniela Catrileo
Habitar entonces en el corte, en el tajo, en la herida. Si las aguas de este río fluyeran solo arrastrarían el olvido, la desmemoria, la falta, la pérdida.