En Tectónica de clases no hay ansiedad ni panfleto. Lo que hay es un minucioso trabajo con las palabras, una paciente manera de recolectar los pedazos de lenguaje que quedaron esparcidos tras el estadillo social.
En Tectónica de clases no hay ansiedad ni panfleto. Lo que hay es un minucioso trabajo con las palabras, una paciente manera de recolectar los pedazos de lenguaje que quedaron esparcidos tras el estadillo social.