Por Ángelo Narváez / No sé cuándo tocó el éxito a la puerta de Rivano, y tampoco sé si lo que Rivano entendía por éxito en 1971 es lo que hoy damos a entender por éxito. (Quizás, y sólo a modo de hipótesis, que Roberto Placilla, “matón a sueldo y distribuidor de drogas heroicas”, leyera Hijo de ladrón suponía para Rivano el éxito de Rojas