En Una Larga Cola de Acero se narra en 400 páginas la experiencia vivida por “el Vasco”, alter ego de Palma Salamanca siendo parte del FPMR entre 1984 y 1988. El narrador se sitúa recordando en un bar y luego como nochero en el cementerio general, donde se detiene frente a la tumba de diferentes personajes de la historia reciente como Raúl Pellegrin o Jaime Guzmán Errázuriz.