Un chasquido feminista. Y las mujeres viejas, las pobres, las pensionadas de miseria, las abuelas sin acceso a la salud decente, a la dignidad de un trato humano, las que hemos cuidado toda la vida porque nos enseñaron que ese era el lugar que nos correspondía por naturaleza, ahora quedamos a expensas de las erráticas e injustas decisiones de un estado terrorista que ayer no más abusaba, reprimía, violentaba, detenía, golpeaba, sometía al movimiento social.