En la cobertura mediática que tiene la inseguridad como fenómeno actual (urbana sobre todo), podemos constatar que su tratamiento difiere de los otros relatos donde la violencia es una catástrofe. En este caso, es un tema delictual, un fenómeno social, un indicador utilizado por los candidatos a las elecciones. Se le trata como un cáncer social, que se genera en espacios específicos y cuyas víctimas son identificadas en la vereda del “nosotros”, los de acá. Jamás veremos la tragedia de quienes conviven cotidianamente con ella; las madres que han tenido que enterrar a sus hijos, caminar por la vereda donde está la animita donde mataron a tu hermano.