«Yo, la peor del mundo», escribió alguna vez Sor Juana Inés de la Cruz, en una cínica y subversiva aceptación de la censura misógina en tiempos del virreinato de Nueva León. En diferentes versiones, su frase ha sido recuperada por las luchas feministas y de disidencia sexual. Yo, la peor de todas, filme de la directora argentina María Luisa Bemberg, inspira esta categoría que recoge escrituras desplegadas desde estas trincheras.