cuando Namecuseí explotó /por culpa de Friser /que mató a todos los picoro /de ese planeta /los picoro chico /pobres /pura gente buena /pero verde /y hombres /porque los namecuseí /eran hombres /que se reproducían /vomitando
Geografía poética desobediente de un cuerpo-mujer sudaca
Gabriela Contreras no es predecible en este paisito triste, ocupa un lugar contracultural y se mueve como una tortuga, como una Caguama valerosa-laboriosa en estas aguas nuestras y ajenas, turbulentas, oscuras, densas, claras a veces, sinuosas, pesadas y livianas, mal-bien olientes.
Quien corre con ventaja en la hora cero / se desgarra internamente / pues invierte esfuerzos colosales /
para amplificar la mínima luz del cielo.
Adelanto de Nanai, poemas de Catalina Espinoza
Son todas madres de Cristo / y santas atraviesan los valles / alucinando una familia / o hilvanándose el abismo al delantal.
Terra ignota. Reseña a «Nada es hombre, nada es tierra» de Emiliana Pereira Zalazar
Este primer libro de Emiliana Pereira Zalazar, si bien bebe de vertientes reconocibles, me sigue pareciendo una terra ignota donde, paradójicamente, nada es hombre y nada es tierra. Es decir, una zona incógnita no en el sentido que le daba el conquistador, sino que se descubre fuera de su mirada vigilante, su disposición política y su dominación.
Retóricas de la revolución en “La Musiquilla de las Pobres Esferas” de Enrique Lihn
Si contrastamos esta propuesta poética con la de sus ensayos, vemos que Lihn lleva a cabo su crítica utilizando el repertorio brechtiano que reivindica, confrontando el efectismo de Neruda mediante el sarcasmo y la denigración de la voz poética.
Paraíso Inc (fragmentos)
Pero es que ni siquiera nos alcanza / para autores, zarigüeya, / ni siquiera para escribidores, / menos aún para artesanos. / El limbo es un buen lugar / para zánganos como nosotros.
Cámara de tortura
Su cuchillo es mi tentación de degollarlo cuando me mamo un cogollo/
Carmen Berenguer, tus encajes del oficio
Un texto macizo, como roble fuerte, perenne, que junta, reúne, aglutina, aúna todo tu quehacer poético: tu maravilla pulgar, tu labor incansable como creadora de la palabra, “lengüita trino”, “la palabra que saltó del estómago vacío al blanco de la página” para mancharla sin tapujos desde tu dislexia liberadora del yugo patriarcal.